El Monitoreo Fetal es una técnica médica que se utiliza para evaluar la salud y bienestar del feto durante el embarazo. Es un procedimiento que se realiza de forma habitual en toda consulta prenatal y, en caso de presentarse alguna alteración, se puede llevar a cabo con mayor frecuencia y detalle. El resultado del Monitoreo Fetal permite al equipo médico de tocología hacer una interpretación que ayuda a tomar decisiones oportunas para cuidar de la salud de la madre y del bebé.
En este artículo, vamos a profundizar en la interpretación de los resultados del Monitoreo Fetal, para que puedas entender mejor cómo se evalúa la salud del pequeño y qué hacer en caso de encontrar alguna alteración.
Monitoreo Fetal: ¿Qué es y cómo se realiza?
Antes de adentrarnos en la interpretación de los resultados, es importante tener claro qué es el Monitoreo Fetal. Esto implica una supervisión constante de las condiciones fisiológicas del feto. Los médicos evalúan sus movimientos, su ritmo cardíaco y otros indicadores importantes para asegurarse de que el bebé se está desarrollando adecuadamente en el útero.
Para llevar a cabo el Monitoreo Fetal, se utilizan dos tipos de monitores que se colocan en el abdomen de la gestante: un toco y un dorso. El primero mide las contracciones uterinas, mientras que el segundo registra la frecuencia cardíaca fetal. Con el fin de que los resultados sean precisos, se recomienda que el monitoreo se lleve a cabo durante al menos 20 minutos y mejor aún si se extiende hasta los 40 minutos.
Después de realizar la prueba, los resultados se interpretan para llevar a cabo cualquier acción necesaria.
Interpretación de los resultados del Monitoreo Fetal
Los resultados del Monitoreo Fetal proporcionan información vital sobre la salud del feto. Entonces, ¿cómo se interpreta? A continuación, te mostramos algunos de los resultados más comunes que se pueden encontrar y su significado:
Frecuencia cardíaca normal del feto (FCF)
La frecuencia cardíaca fetal normal oscila entre los 110 y 160 latidos por minuto (lpm). Esta es la frecuencia que indica que el feto está en buen estado de salud en el útero. Si la frecuencia cardíaca del feto supera los 160 lpm durante más de 10 minutos, se considera que el feto puede estar experimentando algún tipo de estrés.
Bradicardia fetal
La bradicardia fetal se produce cuando la frecuencia cardíaca fetal es inferior a 110 lpm. Si se detecta este resultado, se suele considerar una urgencia médica, lo que significa que se debe llevar a cabo una atención más precisa y rápida. Esta situación puede darse por varias causas, tales como hipoxia fetal, hipotensión materna, anestesia epidural, entre otros.
Taquicardia fetal
La taquicardia fetal es el aumento de la frecuencia cardíaca fetal a más de 160 lpm. Si esta situación persiste, puede ser una señal de que el feto está experimentando angustia, por lo que requiere un seguimiento y atención más detallados por parte del equipo médico.
Desaceleraciones transitorias
Las desaceleraciones transitorias son caídas temporales de la frecuencia cardíaca fetal. Estas suelen darse con más frecuencia durante las contracciones del parto. Pueden ser debidas a una compresión momentánea del cordón umbilical, movimientos del feto u otras situaciones. Son frecuentes, pero si son persistentes o aparecen junto con otros indicadores de sufrimiento fetal, como bradicardia, requiere supervisión y atención médica.
Desaceleraciones prolongadas
Las desaceleraciones prolongadas son caídas repentinas y duraderas de la frecuencia cardíaca fetal. Estas indican que el feto está pasando por una situación delicada y, generalmente, se considera una urgencia médica que requiere una intervención inmediata.
¿Qué hacer en caso de alteraciones en el Monitoreo Fetal?
Cuando se detecta una alteración en los resultados del Monitoreo Fetal, el equipo médico debe tomar decisiones rápidas e informadas sobre la salud del feto. A continuación, se presentan algunas de las posibles respuestas en caso de alteraciones en los resultados:
Valoración por el equipo médico
En primer lugar, se debe realizar una evaluación individualizada de la gestante y el feto con el objetivo de averiguar si existe algún tipo de problema en el embarazo. Si se detecta cualquier alteración en los resultados del Monitoreo Fetal, el equipo médico debe analizar las causas y tomar decisiones rápidas para detener problemas potenciales.
Repetición de las pruebas
Dependiendo de los resultados, puede ser necesario repetir la prueba para verificar los indicadores de la salud fetal. Si se logra estabilizar una situación crítica con el primer Monitoreo Fetal, es probable que se necesiten más pruebas para establecer un seguimiento adecuado a lo largo del resto del embarazo.
Intervención
En algunos casos, cuando los resultados sugieren una posible angustia fetal, se puede requerir una intervención inmediata. Si la salud de la gestante y el feto está en riesgo, la intervención más común es una cesárea para garantizar que el bebé se extraiga de manera segura. En otras ocasiones, se pueden requerir tratamientos adicionales o el parto inducido.
Conclusión
En definitiva, el Monitoreo Fetal es una herramienta esencial en la evaluación del bienestar del feto durante el embarazo. Los resultados de la prueba son una información valiosa que ayuda a tomar decisiones oportunas para cuidar de la salud de la madre y el bebé. Es importante que la gestante y el equipo médico realicen esta técnica con frecuencia para detectar cualquier alteración antes de que se convierta en una situación crítica. Si los resultados indican una situación delicada, es fundamental buscar atención médica inmediata para minimizar cualquier riesgo y garantizar el bienestar del recién nacido.